
El bitcoin es apolítico y carece de ideologías, y en Venezuela le ha funcionado a todos.
Alex Vallenilla.- En el contexto de la situación cambiaria en Venezuela, surgen algunas matrices de opinión relacionadas con las criptomonedas y el dólar fiat. Desde hace más de 10 años, cuando los venezolanos comenzaron a adoptar el bitcoin, encontraron un camino al acceso de divisas extranjeras. Esto facilitó la llegada de remesas y pagos en el mercado petrolero venezolano debido a las sanciones de la OFAC, así como el pago a proveedores extranjeros.
Las bondades de la tecnología criptográfica han servido para todos. Eso es gracias a que el bitcoin es apolítico y carece de ideologías. En Venezuela le ha funcionado al gobierno, para enfrentar las sanciones. A los opositores les ha servido, para financiar estructuras de equipos políticos desde algunas ONG.
En medio de las diatribas, desde el punto de vista político, llama la atención que anteriormente algunos sectores señalaron a las criptomonedas como un recurso oscuro, propicio de grupos malignos. Actualmente, terminaron aceptándolo y adoptándolo, por lo que aquella narrativa quedó obsoleta y eso significa un revés en la puja política.
USDT y USDC no son dinero fiat
Ahora hay una nueva narrativa. Algunos sectores políticos quieren vender la idea de que el mercado de criptomonedas, es una especie de mercado paralelo de divisas. Aunque no hay explicaciones más allá que la de la simple idea de tomar el valor de una criptomoneda estable que representa el valor del dólar, para decir que es el precio del dólar fiat en Venezuela.
La criptomoneda estable más popular en el mundo es Tether (USDT), que es la más líquida por su amplia capitalización, pero la más señalada de contar con menos regulaciones. Le sigue USD Coin (USDC), que tiene poco menos de la mitad de la capitalización de USDT, pero es más segura desde el punto de vista de regulaciones estatales. De hecho, en Europa está prohibido usar USDT, gracias a las regulaciones MICA, mientras que USDC es la aceptada.
Hay que partir de un hecho que incluso las regulaciones norteamericanas ya establecieron: las criptomonedas no son dinero esencialmente. Ninguna. Aunque en el ecosistema criptográfico, debido a su programación, cumplen un rol similar al del dinero fiat, al emular algunas de sus características, dentro de las aplicaciones que funcionan como “billeteras”.
Hay precedentes. Para poder crear el mercado de futuros de Bitcoin en la bolsa de Chicago, el debate fue amplio. Los contratos de futuros de Bitcoin se comenzaron a comercializar en el Chicago Mercantile Exchange, porque fue declarado como una “materia prima”, es decir, como una mercancía, no como una moneda más del mundo. Y si partimos de la naturaleza propia del bitcoin, que no es otra cosa que un token electrónico, que funciona dentro de un programa llamado Bitcoin, que contiene aplicaciones para funciones de pago, registro de transacciones, producción de bloques de transacciones, exploradores de bloques y otras, está lejos de decirse que es esencialmente dinero parecido al fiat que emiten los bancos centrales.
De hecho, a partir del Bitcoin surgió todo un ecosistema que contempla miles de criptomonedas que tienen funciones diversas, según cómo están programadas. Entonces partimos de que una criptomoneda es, en la práctica, un programa informático, no dinero esencialmente.
El USDT y sus riesgos
Eso es USDT, un programa informático. No son dólares específicamente y, aunque diariamente trata de mantener una paridad con el dólar, sigue siendo una mercancía. Veamos.
En este caso, vamos a tomar las criptomonedas estables que se basan en respaldo con fiat. Pero hay otros modelos, como las respaldadas con otras criptomonedas, en el caso de DAI ahora cambiando su nombre a SKY; las algorítmicas, como USDD en la red Tron o XAU, que tiene como respaldo el oro monetario.
El USDT es un token electrónico acuñado en una red de cadenas de bloques que admite contratos inteligentes. Para crear cada token, la empresa que lo hace, debe tener en una cuenta bancaria un dólar real depositado. En el caso de USDT, según las auditorías que muestra en su sitio web, cada token está respaldado en cuentas bancarias de dinero fiat. También usan bonos del Tesoro de Estados Unidos.
Es decir, cuando alguien usa un token USDT, no está usando un dólar esencialmente. Está usando una representación del mismo, pero el dinero fiat que soporta a ese token en el ecosistema criptográfico, está en las cuentas bancarias del emisor del token. Esto significa que quienes poseen USDT, están a expensas de lo que ocurra con el dinero real que está en las cuentas de los bancos, que respaldan al USDT en la cadena de bloques.
Lo anterior implica, entonces, asumir los riesgos propios de usar criptomonedas. Que no es lo mismo que asumir el riesgo de poseer dólares de manera directa, ya sea en efectivo o en su propia cuenta bancaria.
En el ecosistema criptográfico hay nuevos conceptos. En el caso de las criptomonedas estables, por muy seguras que se crean, tienen riesgos de “de-peg”. Toda criptomoneda estable tiene un “peg”, que no es otra cosa que el vínculo entre el valor del token electrónico, con el del activo real, en el caso de USDT, los dólares depositados en las cuentas de la empresa Tether. Significa que el “peg” es 1:1, mientras exista un token, por cada dólar fiat o real, tanto en el contrato inteligente, como en las cuentas bancarias fiduciarias. El “de-peg” ocurre, si hay un desequilibrio, en el que, por ejemplo, hubiese más tokens circulando en el ecosistema criptográfico, que dólares en las cuentas bancarias. Entonces, la criptomoneda estable, ya no tendría el valor de 1:1.
Se pudo ver cómo en 2022, se perdió en un solo día, 36 mil millones de dólares, cuando ocurrió el “de-peg” de la criptomoneda estable algorítmica UST, de la red LUNA. Lo que dejó pérdidas a millones que tenían UST, que en su momento tenía un “peg” 1:1 con el dólar, para quedar 0,01:1 con el dólar estadounidense.
La delgada línea de lo no autorizado
Lo anterior lo tienen claro en el gobierno venezolano, a través de la Sunacrip y sus regulaciones. Aunque adquirir USDT pueda conducir a obtener dólares fiat, ya sea en efectivo o a través de cuentas bancarias, esto tiene costos y no es igual a hacer intercambios de por ejemplo, entre dólares y euros. Es tan así, que en Venezuela hay operadores que cambian USDT por dólares en efectivo, o viceversa, y cobran comisiones de hasta 5%. Es decir, si alguien requiere obtener USDT para utilizar la blockchain y hacer pagos en el extranjero, incluso teniendo dólares en efectivo en Venezuela, la operación le saldrá con ese costo. Pero como tendría que volver a convertir los USDT en dólares en su cuenta bancaria extranjera, entonces pagaría otra comisión. En ese sentido, un USDT, no es igual a un dólar fiat. Por lo tanto, no es sensato tomar como precio del dólar paralelo en Venezuela, el valor de un USDT, USDC u otro, en bolívares.
Quienes hacen ese tipo de operaciones y las usan como un marcador del dólar fiat en Venezuela, y no son operadores cambiarios registrados, pueden ser objeto de que la Sudeban suspenda sus cuentas bancarias. No está prohibido en Venezuela el uso del mercado P2P de criptomonedas, que se contempla en las regulaciones RIM y RISEC de la Sunacrip. Lo ilegal es usarlo como un marcador del valor del dólar fiat, ya que no es un mercado autorizado porque no se negocian allí divisas estrictamente. Sin embargo, se han notado algunas matrices de opinión, impulsadas por algunos analistas económicos, al tomar estos marcadores como una tasa del dólar en Venezuela, desconociendo toda la parte técnica y trasfondo del funcionamiento de las criptomonedas estables.
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Periodista egresado de la Universidad Católica Cecilio Acosta. Ha sido periodista para la fuente de economía de El Nuevo País y Zeta. Ha sido profesor invitado en la Universidad de Los Andes y profesor en la Universidad Santa María Núcleo Oriente. Entusiasta de la tecnología blockchain y las criptomonedas.