
La alfombra roja moscovita ha sido desplegada este lunes ante el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araghchi, quien ha sido recibido por el presidente ruso, Vladímir Putin, en la capital eslava.
Éste último ha calificado los ataques estadounidenses a las instalaciones nucleares iraníes como una “agresión absolutamente no provocada” y ha reafirmado su apoyo a Teherán. “Esta es una agresión absolutamente no provocada contra Irán; carece de fundamento y justificación”, ha declarado Putin tras la reunión de este lunes. “Nosotros, por nuestra parte, estamos haciendo esfuerzos para brindar asistencia al pueblo iraní”.
El portavoz del Kremlin ha confirmado este último punto en sus declaraciones. “Todo depende de las necesidades de Irán“, ha declarado Dmitri Peskov en una comparecencia. “Hemos ofrecido nuestros esfuerzos de mediación“. Araghchi, por su parte, ha agradecido a Rusia su condena ante las acciones de Israel y Estados Unidos contra Irán, asegurando que su defensa es “legítima”.
Por su parte, el líder de Hezbolá en el Líbano ha indicado hoy que su milicia, financiada por y vinculada al régimen iraní, no se unirá a la guerra por ahora. Naim Kassem ha declarado al periódico ‘Al Ahad’ este lunes que los ataques contra Irán “tendrán un alto costo”, ya que toda la región está en peligro.
Israel ataca edificaciones y símbolos de la Guardia Revolucionaria
Mientras tanto, los ataques israelíes contra el país de Oriente Medio continúan tras la involucración militar directa de este fin de semana por parte de Estados Unidos. La planta de enriquecimiento de uranio en Fordow, en Irán, ha sido atacada nuevamente este lunes, según ha informado la televisión estatal de la teocracia asiática.
Pero los bombardeos no se limitan a las nucleares. El Ministerio de Defensa israelí ha declarado que Israel ha bombardeado instalaciones de la milicia paramilitar de la Guardia Revolucionaria -ajena al Ejército y dependiente del poder religioso de Alí Jamenei- en la capital de la nación persa, incluyendo la famosa prisión de Evin. Los medios estatales iraníes han compartido imágenes de los ataques, confirmando la noticia.
Israel asegura haber bombardeado otros objetivos, como la sede de seguridad de la Guardia Revolucionaria, el cuerpo de voluntarios paramilitares Basij o la Plaza Palestina, un espacio público pero simbólico que realiza concentraciones populares contra su enemigo sistémico en la región. Irán no ha confirmado estos ataques por el momento.
Qatar, en alerta tras un aviso de la Embajada de EE.UU.
El lunes por la mañana, la Embajada de EE.UU. en Doha, la capital qatarí, pidió a sus ciudadanos que buscaran refugio hasta nuevo aviso. Qatar, al otro lado del golfo Pérsico frente a Irán, alberga la Base Aérea Al Udeid, sede del cuartel general avanzado del Comando Central del Ejército estadounidense.
Irán ha amenazado a las fuerzas estadounidenses en Al Udeid en el pasado, pero no después del ataque del domingo. Qatar mantiene relaciones diplomáticas con Irán y comparte un enorme yacimiento de gas natural en alta mar con Teherán, según informa Associated Press.
Tras el aviso de los estadounidenses, Qatar ha tomado medidas para tranquilizar a la población. Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Majed al Ansari, aseguró que no había indicios de una amenaza específica y describió la situación de seguridad del país como estable. “El país está preparado para tomar todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad de sus ciudadanos y residentes”, añadió.
Israel advierte de más ataques
El Ejército israelí ha advertido a los iraníes que continuará atacando instalaciones militares en los alrededores de Teherán durante los próximos días. El Ejército emitió la advertencia en redes sociales, aunque los iraníes tienen dificultades para acceder al mundo exterior debido al bloqueo de internet en el país.
Mientras tanto, una misión de investigación de la ONU ha señalado que algunos ataques israelíes contra Irán podrían haber violado el derecho internacional humanitario, citando la muerte de civiles en un bloque de apartamentos y de tres trabajadores humanitarios en la capital, Teherán.