Israel llevó a cabo el miércoles una operación aérea masiva contra centros de producción de centrifugadoras de uranio en Irán, utilizando más de 50 aviones de combate en ataques que duraron más de tres horas y causaron la destrucción de instalaciones clave del programa nuclear iraní, según funcionarios israelíes y del organismo nuclear de la ONU.

“En la amplia operación participaron más de cincuenta aviones de combate, duró más de tres horas e incluyó tres oleadas de ataques”, declaró Effie Defrin, portavoz del ejército israelí. “Durante la operación, atacamos un centro de producción de centrifugadoras destinado a permitir al régimen seguir mejorando su enriquecimiento de uranio”, añadió en una declaración en hebreo.

El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) confirmó que los ataques israelíes causaron la destrucción de dos edificios en Karaj, cerca de la capital Teherán, donde se fabricaban piezas para las centrifugadoras del programa nuclear iraní. La agencia también indicó que fue alcanzado un edificio del Centro de Investigación de Teherán, donde “se fabricaban y probaban rotores para centrifugadoras avanzadas”.

El conflicto directo entre Israel e Irán comenzó el viernes pasado cuando Israel lanzó su primera oleada de ataques en territorio iraní después de décadas de guerra encubierta. La ofensiva israelí ha paralizado las negociaciones nucleares que se desarrollaban desde hacía semanas entre Teherán y Washington para limitar el programa nuclear iraní a cambio del levantamiento de sanciones económicas.

El líder supremo iraní, Ali Khamenei, respondió de manera desafiante a los ataques y al llamado del presidente estadounidense Donald Trump a una “rendición incondicional”. “La nación iraní se opone firmemente a una guerra impuesta, como se opondrá firmemente a una paz impuesta. Esta nación nunca se rendirá a los dictados de nadie”, afirmó el líder supremo iraní en un discurso televisado. Igualmente, agregó, “los norteamericanos deben saber que cualquier intervención militar por su parte implicará daños irreparables”.

En respuesta a los ataques israelíes, el ejército iraní advirtió sobre ataques “punitivos” inminentes contra Israel y llamó a la evacuación de las grandes ciudades de Tel Aviv y Haifa. Los Guardianes de la Revolución, el ejército ideológico iraní, posteriormente informaron de un bombardeo contra territorio israelí usando misiles balísticos hipersónicos Fattah-1.

Las fuerzas armadas israelíes activaron temporalmente durante la noche las alertas aéreas tras detectar diez misiles balísticos disparados desde Irán, que fueron interceptados en su mayoría, según un responsable militar israelí. Los sistemas de defensa israelíes también derribaron dos drones en la región del mar Muerto durante las primeras horas del miércoles.

Desde el inicio de los ataques el viernes, Israel ha golpeado cientos de instalaciones militares y nucleares iraníes y ha matado a numerosos dirigentes del ejército y científicos. El ejército israelí afirmó el martes que mató en un bombardeo nocturno a Ali Shadmani, presentado como jefe del Estado Mayor en tiempos de guerra y comandante militar de mayor rango, cercano al líder supremo.

Israel justifica su ofensiva por la necesidad de evitar que Irán desarrolle armas nucleares, un objetivo que Teherán niega repetidamente, insistiendo en que su programa nuclear tiene fines exclusivamente civiles. Israel, Estados Unidos y sus aliados occidentales sospechan que el programa nuclear iraní, oficialmente con objetivos civiles, tiene como fin último desarrollar capacidades armamentísticas.

Los bombardeos cruzados han cobrado vidas civiles en ambos bandos: 224 personas en Irán según el último balance oficial del domingo, y 24 en Israel según el gobierno israelí. El martes se formaron largas filas frente a gasolineras y panaderías en Teherán, mientras los residentes buscan desesperadamente abastecerse de combustible y alimentos en las pocas tiendas que permanecen abiertas.

El conflicto ha llevado a Trump a abandonar prematuramente la cumbre del G7 y reunir a su Consejo de Seguridad Nacional. Estados Unidos ha reforzado su “dispositivo defensivo” en Oriente Medio, enviando el portaviones Nimitz a la zona y preparando una “fuerza especial” para ayudar a sus ciudadanos en la región. El martes, Washington también anunció el cierre temporal de su embajada en Jerusalén hasta el viernes por motivos de seguridad.