El ataque aéreo de EEUU contra tres instalaciones de producción nuclear de Irán tiene ahora en la economía el principal riesgo. En particular, en los mercados petróliferos, donde el precio comenzará a notarse a medida que abran los mercados. El Brent del Mar del Norte cerró el viernes en 77,32 euros barril, pero con toda seguridad subirá en las próximas horas.

La causa tiene que ver con el Estrecho de Ormuz, que separa a Irán de las monarquías del Golfo, y por donde circula buena parte del crudo que consume el mundo. El Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán debe tomar la decisión final sobre si cerrar el Estrecho de Ormuz, informó este domingo la cadena iraní Press TV, después de que el Parlamento aprobara la medida.

La decisión de cerrar el estrecho, por donde fluye alrededor del 20% de la demanda mundial de petróleo y gas, aún no es definitiva. Sin embargo, el legislador y comandante de la Guardia Revolucionaria, Esmail Kosari, declaró al Club de Jóvenes Periodistas que cerrarlo está en la agenda y que se hará cuando sea necesario. En caso de cierre, EEUU tendría que intervenir para desbloquear el paso de los cientos de petróleros que transitan a diario por la zona.

Por el momento, el mayor efecto se está produciendo en el precio de los fletes para los petroleros que viajan desde el Golfo Pérsico a China, que aumentaron en los últimos días un 24% en medio de un incremento de las tensiones. A esto hay que añadir que se mantienen las preocupaciones en el Mar Rojo por los ataques de los hutíes, aliados de Irán, lo que obliga a muchos buques a utilizar la ruta del Cabo de Buena Esperanza, mucho más costosa en tiempo y dinero.

Por el estrecho de Ormuz navegan grandes petroleros que transportan 20 M de barriles al día, alrededor del 20% del consumo mundial

Irán es uno de los principales productores de petróleo del mundo (el séptimo) y por el estrecho de Ormuz, que es una barrera física que separa a los países del Golfo de Teherán, navegan grandes petroleros que transportan 20 millones de barriles al día, alrededor del 20% del consumo mundial de crudo, según la Administración de Información Energética (EIA, según sus siglas en inglés) de EEUU.

Un cuello de botella

El estrecho de Ormuz está ubicado entre Omán e Irán y conecta el Golfo Pérsico con el centro de Omán y el Mar Arábigo. El estrecho tiene la profundidad y la anchura necesarias para el tránsito de los petroleros más grandes del mundo, y es un gran cuello de botella. Si se cierra, hay muy pocas alternativas para sacar el petróleo de la zona, salvo la utilización de oleoductos.

En caso de colapso del estrecho, Arabia Saudí, que junto a Israel es el gran aliado de EEUU en la región, sería con diferencia el país más perjudicado, lo que puede explicar elinterés de la Casa Blanca en encauzar el conflicto. La mayoría de los volúmenes de carga de estos puertos tienen como destino Dubai, que se ha convertido en un centro de movimiento de mercancías con servicios de enlace en el Golfo Pérsico, el sur de Asia y el este de África.

Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos cuentan con infraestructura que permite sortear el estrecho de Ormuz, lo que podría mitigar en cierta medida cualquier interrupción del tránsito a través del estrecho. Los oleoductos no suelen operar a plena capacidad, y la Agencia estadounidense de la energía considera que aproximadamente 2,6 millones de barriles diarios de capacidad de los oleoductos saudíes y emiratíes podrían estar disponibles para sortear el estrecho de Ormuz en caso de una interrupción del suministro.

En el caso de Irán, Teherán inauguró en 2021 el oleoducto Goreh-Jask y la terminal de exportación de Jask en el Golfo de Omán en aras de evitar el estrecho de Ormuz. La capacidad efectiva del oleoducto se mantiene en torno a los 300.000 barriles/día. Sin embargo, durante el verano de 2024, Irán exportó menos de 70.000 barriles y desde septiembre de 2024 no ha hecho nuevos cargamentos. Probablemente, para protegerse de los ataques de Israel. Irán produce actualmente unos 3,2 millones de barriles de petróleo al día y exporta poco más de la mitad, casi exclusivamente a China.

La importancia de Ormuz, en todo caso, es capital, aunque no es el caso de España, que apenas recibe el 8,7% del crudo que consume de Oriente Medio, en particular de Arabia Saudí e Irak. Los flujos a través del estrecho de Ormuz en 2024 y el primer trimestre de 2025 representaron más de una cuarta parte del comercio marítimo mundial de petróleo y aproximadamente una quinta parte del consumo mundial de petróleo y productos derivados. Además, alrededor de una quinta parte del comercio mundial de gas natural licuado también transitó por el estrecho de Ormuz en 2024, principalmente desde Qatar.

Flujos de petróleo

EEUU estima que el 84% del petróleo crudo y condensado y el 83% del gas natural licuado que se movió a través del estrecho de Ormuz se dirigieron a los mercados asiáticos en 2024. China, India, Japón y Corea del Sur fueron los principales destinos, lo que representa un 69% combinado de todos los flujos de petróleo crudo y condensado de Ormuz en 2024.

Estos mercados probablemente serían los más afectados por las interrupciones del suministro en Ormuz. Según la AIE, por el momento, el conflicto entre Israel e Irán plantea “riesgos geopolíticos significativos para la seguridad del suministro de petróleo”, aunque por ahora no ha tenido “ningún impacto” en los flujos de petróleo iraní, ni siquiera después de haber sido bombardeado el yacimiento de gas natural deSouth Pars, el más grande del mundo, que comparte con Qatar.

La Agencia Internacional de la Energía achaca el comportamiento de los precios a la decisión que tomó la OPEP+ (los países del consorcio más algunos productores amigos) de “comenzar a desmantelar los recortes voluntarios de suministro de más de dos millones de barriles al día vigentes desde 2023”. Esto hizo que antes del conflicto entre Israel e Irán los precios llegaran a situarse en mínimos de cuatro años. En el caso de Europa, el efecto ha sido incluso mayor por la apreciación del euro frente al dólar.

También ha contribuido el incremento de la oferta procedente de EEUU. Entre 2015 y 2024, EEUU ha representado el 90% del aumento de la oferta mundial. Gracias al fracking, su producción petrolera supera ya los 20 millones de barriles/día. La otra cara es China, que sigue siendo el gran consumidor. La AIE estima que China representa aproximadamente el 60% del incremento mundial de la demanda de petróleo pese a la desaceleración de la actividad económica.